Estudios médico-toxicológicos muestran que el aire viciado interior puede suponer un impacto en nuestro organismo de entre 2 y 5 veces más nocivo que la contaminación exterior.
Cómo directrices generales, esta reforma ha sido orientada hacia dos principios esenciales como:
Sanear el impacto del ambiente interior con una correcta elección de materiales de obra, como estucos y pinturas de cal o paneles y mobiliario de madera natural sin trataminetos inorgánicos.
Crear orden y armonía mediante pautas de psicología del espacio o Neuroarquitectura, incentivando así adecuados hábitos y fundamentando la relación usuario-hábitat, la invaluable sensación de hogar.